martes, 4 de agosto de 2015

¿Cuál es tu nombre?

     Delgada. Delgada y firme. ¿Cuál es tu nombre? ¿Eres real? 

     El suelo estaba frío, duro, no tanto como yo en ese instante, pero era frío y duro. Todo parecía mentira; las personas, las voces, los murmullos, los edificios, la esperanza, mi existencia. ¿Cómo es que vine a parar aquí? ¿En qué momento me metí en este mundo de melancolía y tinta? 
     La tarde estaba hundida en mares calurosos y eso me desesperaba aún más. ¿Dónde estaban las nubes y su llanto eufórico, reconfortante? Los estudiantes caminaban de aquí para allá, en grupos, a carcajadas. Algunos paseaban solitarios, quizá pensando las mismas nimiedades dolientes que yo. 
     Allá, a lo lejos, una chica de piernas largas andaba coqueta y linda. Acullá una pareja se besaba apasionada y sin temor. Y aquí, yo observaba, callaba y observaba. Ni siquiera pude mirar al cielo pues en su belleza hallaría mi desprecio. 
     Cerré los ojos.
     Cerré los ojos.
     Cerré los ojos y abrí los labios. Mostré una sonrisa ¿qué más podía hacer?
     Abrí los ojos.
     Abrí los ojos.
    Abrí los ojos y cerré la boca y abrí los ojos aún más. Ese andar, esas piernas, ese cabello ¿quién eres? Detuve mi mirada en unos labios que prometían el néctar de los dioses. Inspeccioné cada rasgo, cada detalle, cada fisura. Era delgada. Delgada y firme. ¿Cuál es tu nombre? ¿Eres real? Los ojos grandes y en tonos pardos, mirando siempre con presunción  La nariz discreta, bien formada. Una cabellera larga y ondulada que caía como cascada en el paraíso de sus pechos. 
     ¿Cuál es tu nombre? ¿Eres real?
     


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