jueves, 8 de octubre de 2015

Sucede que, a veces...

    «En algún instante del futuro está presente el peso del pasado, los delirios de la mente».
                                                                                       -'Muelas de gallo', rapero mexicano.


Sucede que, a veces, tu alma tiende al exilio en espera de una futura reconstrucción. Y se va, mientras lo único que atinas a hacer es encerrarte en esa jaula de pensamientos, donde el ave aprisionada eres tú. 
     Sucede que, a veces, las palabras se vuelven ciegas, los oídos mudos y los ojos sordos. Y echas a andar, sin más, con el peso ennegrecido de los recuerdos, con la carga exacerbada de un adiós, con el bulto impuesto de unas piernas que no acariciarás jamás. 
     Sucede que, a veces, abres los ojos y no encuentras más que el reflejo podrido de tus agallas, que no encuentras más que los fragmentos de una mente sin memoria, y entonces gritas, pero sólo por dentro. Y el eco de esos murmullos crea un Big-bang en tu interior hasta que caes desfallecido en la calma de una almohada.     
     Sucede que, a veces, anhelas una mujer simple y sencillamente para brindarle algunas letras, para abrazar su cintura, para morderle los labios, para recordarle lo hermosa que luce día con día. 
     Sucede que, a veces, te comparas con el Sol y lamentas el poco brillo que despides; o con la Luna, y te afliges por no tener ni un sólo verso dedicado a ti. Entonces, no queda más que ir con la cabeza a cuestas, deambulando entre sombras, sumergiéndote en tu figurilla ignominiosa. 
     Sucede que, a veces, tu alma tiende al exilio en espera de una futura reconstrucción, y yo, estoy en busca del primer andamio...


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