viernes, 12 de junio de 2015

Venus P.

     El reloj marcaba que eran diez minutos antes de las dos de la tarde. El día había estado aburrido y carente de emociones, y sólo esperaba la hora de salida. Mi mirada divagaba por entre los alrededores como inspeccionando la habitación aunque en realidad sólo se perdía en el todo.
     Se detuvo. Mis ojos observaban sorprendidos lo que en la puerta de entrada podía ser percibido. ¿Acaso tenía ante mí a la diosa Venus? No. Su nombre era Paulina y sin embargo su belleza superaba tales expectativas de deidad. Ver sus ojos paralizó y alteró simultáneamente mis sentidos.
     ¿Esas eran estrellas?
     Y yo, yo ya no me encontraba en las limítrofes de este planeta...
     ¿Ahora? Quizá encuentre a Alicia en este lugar...


 



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