jueves, 27 de noviembre de 2014
viernes, 14 de noviembre de 2014
Pensando en voz alta.
El país
de las maravillas.
¿Qué será de mí? Es la pregunta que, día a día, atraviesa
mis pensamientos. Sin embargo, quisiera que esta duda fuese únicamente por no
saber qué carrera estudiar, o simples pensamientos adolescentes. Pero no, la
actualidad mexicana me impide centrarme en este tipo de cuestiones. Esto, por
supuesto, no quiere decir que desee deslindarme de la información de mi país…
¿Qué pasa en México?
Nuestro país se encuentra inmiscuido en problemáticas de
tipo educativo, político y social. Asunto Ayotzinapa, asunto Politécnico,
asunto reformas. En una palabra: injusticia.
Pues bien, sabemos que, en cuanto al IPN, se les quiere
implantar una reforma a su sistema educativo realmente desfavorable. ¿Técnicos
en lugar de ingenieros? Claro, el objetivo es hacer aún más atractivo a nuestro
país a la inversión extranjera, ya que resulta más económico para dichos
inversionistas, a costa de mano de obra barata mexicana, afectando a nuestra
población, excluyendo claro, a personalidades del gobierno. En los últimos
días, representantes de gobierno y alumnos propios del IPN, han establecido una
mesa de diálogo, y hasta hoy, han sido tres facetas de dicho debate…
¿Y las reformas? Es evidente que, en cuanto a la
energética, nos encontramos con una privatización de nuestros recursos, una
complicada situación económica debido al aumento de precio de algunos
productos, así como los debidos gasolinazos.
Una reforma educativa deficiente e ineficaz. En la actualidad, según
estadísticas, México en promedio se encuentra académicamente hablando en un
nivel de educación secundaria del segundo grado, es decir, ¡ni siquiera
“terminamos” la secundaria! Además, promediando en la asignatura de
matemáticas, en jóvenes de alrededor de 15 años, se sitúan en una calificación
de entre 0 y 1 en escuelas públicas y entre 0 y 2 en escuelas privadas. ¿De qué
sirve que les hagan exámenes a los futuros profesores para que salgan mejores
preparados si algunos, únicamente llegaran a sentarse y practicar una labor realmente
deficiente y penosa? No, tampoco esta
reforma ha funcionado, quizás no es culpa del gobierno y los profesores
solamente, porque de igual manera existen alumnos que dejan mucho qué desear,
pero los resultados positivos se siguen esperando.
Recientemente se habla de una reforma a los derechos de los niños.
Estadísticamente hablando, nos topamos con que6 millones de niños no asisten a
la escuela, casi 2 millones no tienen padres, y 3 millones más se encuentran, a
pesar de su corta edad, trabajando. Así mismo, la UNICEF reporta que el
homicidio cuyas víctimas son infantes ha aumentado al doble en nuestra nación.
¿Y lo único que se les ocurre es una reforma que, de antemano saben que será
violada, inaplicable y perjudicial?
Pero adentrándonos a lo que actualmente nos atañe, los
asesinatos a personas inocentes. Tenemos el caso de Tlatlaya, con 22 víctimas,
las encontradas fosas clandestinas y primordialmente (para la sociedad, en
cuestión personal todo es importante) el caso Ayotizinapa. Este últimos ha
ocasionado el levantamiento y la protesta de diversas instituciones educativas,
entre las que destaca la UNAM, además de que es bien sabido que el apoyo hacia
los normalistas agredidos ha traspasado fronteras, y países tales como Francia,
Alemania, E.U., Japón, entre otros, manifiestan igualmente su inconformidad
ante estos hechos atroces.
Es indignante, triste. ¿Hasta cuándo viviremos dentro de este sistema en dónde
por ser un simple estudiante, un joven activista, un individuo pensante y
consciente, te asesinen?
Es evidente la intervención de un gobierno
corrupto, del narco y demás delincuentes. Es sabido que el subdelegado de
Huixquilucan Ramírez Ortiz, clama por el regreso de Díaz Ordaz para “culminar
con las manifestaciones”. ¡Estúpido!
También, cabe destacar que nosotros, como jóvenes activistas, no somos simples
revoltosos y flojos, que son prejuicios bastante erróneos, sino que luchamos
por justicias y por todos aquellos que prefieren mantenerse sumisos. Es incluso
desmotivante escuchar comentarios como “¡son una revoltosos malcriados!”,
“¡malditos flojos!”, y demás comentarios ofensivos, a causa claro, de la poca
información que posee la sociedad.
Es importante hacer saber que todo esto, es un criterio
propio, a raíz de investigaciones o la adquisición voluntaria de información.
Lo cual es otro aspecto que considero importante, es decir, le generación de
criterios propios de cada individuo es necesaria, porque tampoco está bien que
los ciudadanos sigan como borregos a las masas, si van a contribuir, debe ser
con base en un criterio personal fundamentado.
Ahora bien, en un aspecto un tanto contradictorio, debo
manifestar también, que estoy consciente de que hay políticos y policías
“inocentes”. Porque ¿cuántos de ellos no se alían a estas asociaciones
delictivas porque son amenazados? O bien, ¿Qué pasaría si Peña Nieto, Murillo
Karam, y demás, en verdad estén dando su mejor esfuerzo para sacar adelante al
país? Si, quizás es más que evidente de que no es así, pero yo no soy una
persona de mente cerrada, y estoy abierto a posibilidad por absurdas que sean.
En este caso pues, al querer destituir de su cargo a estos personajes sería
igualmente una injusticia.
Pero, por supuesto, hasta que se me demuestre lo
contrario, exijo justicia a este “evidente” gobierno corrupto, exijo no más
muertes injustificadas, exijo mejores condiciones de vida (aportando claro, mi
lucha y mi esfuerzo en lo académico), exijo que, ante una clara posibilidad de
ser potencia mundial, esfuerzo para lograrlo.
Concluyendo, soy un muchacho que seguirá siendo
activista, que no se callará, y que defenderá la justicia, y que, si se
comprueba la “inocencia” de mentes políticas dentro de estos sucesos, los
dejará en paz, pero mientras tanto, mientras no haya justicias para el pueblo,
no habrá paz para el gobierno…
Suscribirse a:
Entradas (Atom)