domingo, 19 de junio de 2016

Los románticos de Cadereyta.

Diez de la mañana. 
     Tenía todo listo para partir —o al menos eso creí—, así que tomé mis cosas y salí del departamento. El destino era Querétaro, mientras aquí, bajo un ruido que no cesa, la ciudad de México se vestía de sirenas policiales, preludios futbolísticos y sombras desconocidas. 
     Hice una primera parada en los Correos de México, pagué el monto del paquete y retomé mi camino. Ya con un poco de prisa decidí apresurar el paso, rebasando a los lentos desconsiderados que se afanaban en obstruir el paso. No quería pensar en cosas importantes, así que hice una observación rápida y sin sentido: dos de cada diez personas que me encontraba, lo hacían mirando un teléfono celular, sin prestar atención a lo que ocurría afuera, en el mundo real. ¿Qué tan sintético se ha vuelto el humano y qué tan lejos se encuentra de su naturaleza? 
     Ya en Ciudad universitaria, tomé la ruta 4 del pumabús. Quince minutos bastaron para revolucionar todo mi organismo; el miedo irracional hacia la extrañeza de lo desconocido siempre fue un enemigo para mí. Importaba poco mi inexperiencia en investigación, el verdadero terror era el hecho de convivir cinco días con un montón de rostros anónimos y voces que hasta hoy me permanecerían ajenas, mudas, inexistentes. ¿Sería un martirio sin prórroga o un goce excepcional? 
     —¡Hola! Qué bueno que viniste...— me dijo Linda Mariana al verme. Vamos a tardarnos un poco —continuó—, si quiere puedes sentarte. 
     Siempre me había molestado la impuntualidad, pero en esta ocasión era lo de menos. 
     Aproximadamente veinte minutos después, un grupo de ocho personas subimos a la combi mientras que otros cuatro saldrían luego en una camioneta. Con el alma tranquila pero la mente inquieta, el sonido del motor anunciaba el inicio de un futuro incierto....

***

     Cinco días pasaron rápido. La realidad del asunto es que no fue nada de lo que yo esperaba, a decir verdad, jamás pasó por mi cabeza que las cosas serían de tal modo: Al final la suma ascendía a diecinueve personas —si no mal recuerdo— que compartían un mismo espacio. Todos ellos con una particularidad insólita, pero con el mismo placer por la Biología. Diecinueve biólogos que sabían del trabajo en equipo y también de la individualidad, que sabían de ocupaciones y también de relajación. Sabían de esfuerzos, batallas, tormentos y metas, sabían la vida con alcohol, tatuajes y alguna que otra droga. Ilse y su manera peculiar de saberla atractiva; Bere y su fe católica; Tania, la chica de los dreadlocks y personalidad de hierro, magnética, seductora; Aida misteriosa; Donagy y sus labios carnosos; mi asesora 'Meli' con su voz aguda y alegre; su hija y la belleza de la juventud adolescente; Sandino afable, benévolo, seriedad festiva; Bruno enigmático y secreto; los tres chicos que laboraban aparte, entre ellos Magda y su dulce voz, su afinidad en el canto y la belleza floklórica; Ruth y su esposo, un gran dúo y a la vez desigual; Isabel, tan discreta en acción pero tan llamativa en belleza... Pero de todos ellos, hubo 5 individuos que llamaron especialmente mi atención: 
  1. Mariana Cano: Identidad única, sin copias ni clonaciones. Un tanto vulgar y no obstante, con la gracia de quien vive para borrar los errores, los problemas y bajones.
  2. Natalia: ¿Acaso es posible encontrar mujer más tierna? Dotada de una lindura divina, labios coquetos y voz suavecita, que penetra hasta la oscuridad del ser y lo llena de luz. Delicada, sublime, una presencia extranormal, casi fantástica. A ratos callada a ratos bromista, con la inocencia a flote y los ojos que te absorben en un sueño quedo, melódico.
  3. Esteban: Un niño disfrazado de maestro. Con la infantilidad y la alegría que requiere el mundo. Un punto medio entre madurez y niñez, en donde la vida parece ser encantadora sabiéndola tratar. Un colega más dentro de este ejército de soldados que buscamos la felicidad global aún sabiendo que es una simple utopía...
  4. Linda Mariana: Dientes pequeños como de elote, elaborados por los dioses para traernos a nosotros la sonrisa más exquisita que pueda existir. Risueña, de ojos pequeños, morena. Mujer servicial, trabajadora, llena de un no sé qué que alborota y tranquiliza al mismo tiempo. 
  5. Este último, es un individuo en plural; pueden llamarle "Los románticos de Caderyta" o "Los tormentosos", da igual porque todos son uno, ángeles y demonios, luchas y organización, pasión y cansancio, vida y muerte. Ellos decidieron llamarse así, en un día cualquiera, con personas cualquiera, pero con intereses comunes. 
     Ellos, ellos saben mucho del estudio científico de la vida. Ahora una nueva pregunta surge en mi cabeza: ¿Qué tanto saben de la realidad? 






8 comentarios:

  1. Que manera tan excepcional de describir a una persona. Esas cinco descripciones rozan la perfección.

    Saber de la vida, saber de la realidad... Curiosa pregunta. Creo que cada quien tiene su propia realidad que convive con el mundo "real". Eso depende del disfraz que cada quien eliga ponerse en esta vida.

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    1. No podría estar más de acuerdo contigo John... El disfraz excepcional...

      ¡Saludos! Muchas gracias :D

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  2. jajjajaja me encanta matar a las personas con la misma pregunta en que mataste a esas 5 magnificas personas: ¿Qué tanto saben de la realidad? Mucho mueren al responder.
    Me encanto el final X3
    Un abrazo Misa...

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    1. jajaja Muchas gracias Helena :D
      Un abrazo para ti también :3

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  3. Suena como que estas personas podrían salvar al mundo y no aceptar ni siquiera las gracias, ¿o me habré equivocado en mi impresión?

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    1. Son personas amables, es cierto, sin embargo, yo considero que como la gran mayoría esperan un reconocimiento por sus logros. Claro, esa es mi impresión tras conocerlos tan sólo cinco días, la realidad no la sé con certeza...
      ¡Saludos!

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  4. todos nos vemos de diferentes formas ante los ojos de diferentes personas. Lo que te ha pasado y la manera en que viste a estas 5 personas me ha gustado :D
    Hay veces que somo buenos para una sola cosa y un desastre para muchas mas.

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    1. Lo importante sería, que independientemente de lo bueno o desastroso que podamos ser, haciendo un esfuerzo (si es lo que nos gusta), las cosas saldrán mejor de lo que imaginamos
      ¡Saludos!

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